Todo comenzó el último miércoles de agosto del año 1945, cuando
unos jóvenes pasaban el rato en la Plaza del Pueblo para presenciar el
desfile de gigantes y cabezudos y otros actos de la fiesta. Los
chicos
decidieron hacerse un hueco dentro de la comitiva de un desfile con
músicos, gigantes y cabezudos. El ímpetu de los jóvenes hizo que cayera
un participante que, preso de la ira, empezó a golpear todo lo que
encontraba a su paso. Por un capricho del destino, allí había un puesto
de verduras que fue pasto de la multitud enfurecida: la gente empezó a
tirarse tomates de unos a otros hasta que las fuerzas del orden público
pusieron fin a aquella batalla vegetal.
Al año siguiente, los jóvenes repitieron el altercado de forma
voluntaria y llevaron los tomates de su casa. Aunque la policía disolvió
en sucesivos años la reciente tradición, los chicos, sin saber nada,
habían hecho historia. La Tomatina fue prohibida a principios de los 50,
cosa que no disuadió a sus participantes que llegaron a ser, incluso,
detenidos. Pero el pueblo habló y la fiesta volvió a permitirse,
uniéndose más participantes y tornándose cada vez más frenética.
La fiesta fue, de nuevo, cancelada hasta 1957, cuando, en señal de
protesta, se celebró e entierro del tomate: una manifestación en la que
los vecinos portaron un ataúd con un gran tomate dentro. El desfile se
acompañó con una banda de música que interpretaba marchas fúnebres y su
éxito fue total. Finalmente se permitió la Tomatina y se instauró la
fiesta de forma oficial.
La fiesta comenzó a ser popular en el resto de España gracias al
reportaje de Javier Basilio, emitido en el programa de Televisión
Española Informe semanal en 1983.
Desde entonces, año a año crece el número de participantes y el
entusiasmo por La Tomatina. El éxito ha llevado a que La Tomatina de
Buñol fuera declarada en 2002 Fiesta de Interés Turístico Internacional
por la Secretaría General de Turismo.
Posted by : Unknown
martes, 26 de agosto de 2014