Los orígenes de la fiesta están relacionados con la conquista del Alcázar que supuso una serie de privilegios para este pueblo y sus mujeres, a las que se concedió el privilegio de mandar una vez al año. Debe de entenderse que cuando nuestras antepasadas participaban en la fiesta su situación era diferente y por tanto, para ellas, esta era además de un momento de diversión, un acto lúdico, era la ocasión de reunirse, de liberarse del papel que ejercían cotidianamente como mujer casada y madre de familia, dependiendo en mayor o menor medida de la autoridad masculina y de las normas sociales vigentes. Mandar las mujeres durante dos días debía de suponer algo distinto y diferente hace muchos años. Parece ser que la fiesta en honor a Santa Águeda se celebra en Zamarramala desde 1227, pero no es tanto el hecho de los siglos que lleve celebrándose como la sensación de mantener una arraigada, profunda y ancestral costumbre.
La fiesta de Santa Águeda ha ido cambiando con el paso de los años, aunque mantiene la esencia y gran parte de ella se mantiene fiel a sus orígenes. Las modificaciones más actuales surgen como agradecimiento a los numerosos visitantes que acuden a Zamarramala a ver a las Alcaldesas, sobre todo desde que se declaró de interés turístico nacional. Es entonces cuando se crean los distintos nombramientos y galardones. La fiesta es la expresión de nuestra cultura local, es una forma de decir quienes éramos, quienes somos y quienes queremos ser.
La celebración se extiende desde el jueves al martes siendo este el programa: El jueves por la mañana las alcaldesas realizan una visita al Alcalde de Segovia para recibir el bastón de mando; así como a otras autoridades: Delegado de la Junta, Presidente de la Diputación, Subdelegado del Gobierno, etc. para invitarles a la fiesta, en Zamarramala se dice "avisar" a la fiesta. Ellas visten para este día el traje que se denomina "de avisar". También esta mañana reciben a los medios de comunicación para informar de los detalles de la fiesta. El sábado por la tarde tiene lugar el nombramiento de Alcaldesinas, manteniendo de esta manera ligadas a la tradición a las niñas de la localidad. Posteriormente avisan a todo el pueblo para que acudan a la fiesta, casa por casa. Al atardecer se celebran las vísperas en Honor de Santa Águeda. El domingo comienza temprano la actividad, porque el tiempo que se emplea en vestir a una Alcaldesa con el traje de gala y manteo rojo es al menos dos horas. A las doce, las dos Alcaldesas reciben a los invitados y junto al sacerdote y aguederas se

El traje es un hermoso atavío de estilo siglo XVI, compuesto por: Montera, titulada de "Doce Apóstoles", la cabellera peinada en una sola trenza de la que pende un lazo de seda, con toca de gasa blanca, zarcillos de tres gajos, anillos y cruz de oro con brillantes, corales, medallas y relicarios de plata y un Cristo que se denomina "tripero", sin duda porque se lleva en la parte anterior de la cintura; camisa de corchados, mantilla de paño negro y en la mano la vara de mando, de justicia y de autoridad.

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