Zubieta, dos pueblos vecinos ubicados en la comarca navarra de Malerreka, al sur del Bidasoa. Allí, los próximos 26 y 27 de enero, lunes y martes, el visitante podrá disfrutar del desfile de carnaval más singular de la península. No espere encontrar brillos, ni voluptuosidades, ni música de samba. Allí, los atavíos son de pura lana de oveja y la única música que oirá será en ensordecedor ruido de los cencerros.

pellizas de oveja por la cintura y los hombros, pañuelos de colores al cuello, gorros cónicos con cintas de colores y un hisopo (látigo) de crines de caballo en la mano derecha componen el atuendo tradicional de este insólito carnaval. Digno de ver. Y de escuchar... porque cada vecino participante lleva atado al cinto unos grandes cencerros que retumban acompasados al batir de las caderas de los Zanpantar. El estrépito resulta sobrecogedor.
El origen de esta fiesta es desconocido, pero cuenta con una interpretación más o menos consensuada de su significado. El estruendo de los cencerros de los hombres que simulan ser animales se asocia al despertar de la naturaleza que está por llegar y, a la vez, al ahuyentar de los malos espíritus tras el paso del invierno.
Esta peculiar forma de celebrar el carnaval se extendió a numerosas localidades vascas y navarras hasta que hoy en día, la estampa típica de las pellizas y los cencerros se asocian al denominado "carnaval vasco".
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