Los Encierros de Cuéllar presumen de ser los más antiguos de España.
Esta afirmación no se hace de forma gratuita, pues ya en 1215, siendo
obispo de Segovia Geraldo, se realizó un sínodo ya que el episcopado
tenía problemas con los laicos y eclesiásticos de algunas
circunscripciones de la

diócesis, concretamente con la de Cuéllar, Coca,
Sepúlveda y Pedraza. El sínodo dicta una serie de artículos que regulan
la vida y el comportamiento del clero; en concreto el quinto artículo
prohíbe a los clérigos que jueguen a los dados y asistan a “juegos de
toros”, y si lo hicieran serían suspendidos de su ministerio. Ya en el
siglo XIV, la reina Leonor, esposa de Juan I de Castilla, infanta
aragonesa por su nacimiento, es señora de Cuéllar y a ella se quejan los
hidalgos y pecheros de la Villa, y dando respuesta a estas quejas habla
de que es costumbre inmemorial encerrar toros en Cuéllar. Con
posterioridad, Beltrán de la Cueva, I Duque de Alburquerque, ratifica
esta sentencia en todos sus puntos. En el Archivo Histórico de Cuéllar
se conservan documentos desde 1405 que hacen referencia a festejos con
toros. Además de los Acuerdos del Regimiento, que ya en 1484 ordenan el
pago de toros a dos personas diferentes, desde ese año las referencias a
toros son constantes en estos Acuerdos, sobre todo para pagar las
fiestas de San Juan y del Corpus, aunque también se corrían toros por
acontecimientos especiales, como el nacimiento de algún heredero de la
Casa de Alburquerque o la visita a la Villa de estos señores, así como
para la celebración del fin de alguna epidemia.

En 1999 se celebró el V Centenario de la Ordenanza Reguladora de los
Encierros de Cuéllar. Se trata de la primera regulación escrita que se
conserva hasta el momento, y es la ley XVII de las ordenanzas dadas a la
Villa de Cuéllar y su Tierra en 1499 por Francisco Fernández de la
Cueva, II Duque de Alburquerque. Que por el daño que se hizieren con los
toros quando se encierra non aya manquadras ni otra pena.Muchas veces
acaefce quando fe encierran toros enfta villa que fin culpa delos que
traen fe face daño en panes o viñas: o otras cofas por los dichos toros o
por los ganados que conellos vienen. Hordenamos que cuando lo tal
acaefciere non fe fagan manquadras alos dichos toros ni alos ganados que
conellos vinieren ni fe lieve otra pena alguna alos que truxeren. Y
viene a regular una situación bastante habitual y es que durante el
traslado del ganado hasta la villa, a los pastores y ganaderos que lo
conducían se les escapaba y entraba en los sembrados; lo que la ley
contempla es que estas personas no son culpables de los destrozos, por
lo cual no tienen que pagar ninguna multa y que los dueños de las
tierras no tienen derecho a percibir ni reclamar ninguna compensación
económica.
En lo que respecta a los actuales encierros de Cuéllar, hay que
aclarar que nada tienen que ver con los de Pamplona (a los que se hace
referencia por ser los de mayor repercusión). El ganado sale de los

Corrales, en la ribera del río Cega, a las 8 de la mañana y es
conducido, en un recorrido de 5 Km., a través de los pinares, por un
grupo de caballistas, llegando a Cuéllar en torno a las 9:30 de la
mañana, realizándose el encierro por un circuito urbano de 1,5 Km.,
aproximadamente, hasta llegar a la plaza de toros, anteriormente a la
Plaza Mayor, donde a continuación se procede a lo que aquí se denomina “la Probadilla”, que puede asimilarse a una capea, en la cual los mozos más valientes prueban a hacer cortes al novillo. Las relaciones con los encierros de Pamplona son numerosas,
como por ejemplo la fecha de celebración, ya que hasta que en 1921 se
decidiera trasladar las fiestas al último domingo de Agosto, éstas se
venían celebrando los primeros días de Julio, que coincidiría con la
celebración de los Sanfermines. Debido a ésta y a otra serie de datos se
ha querido ver el origen de las fiestas navarras en Cuéllar. No hay
documentación que así lo atestigüe, pero sí que hay una serie de datos
que nos lo pueden hacer pensar, como: que en el siglo XV, por dos veces,
el Señorío de Cuéllar perteneció a don Juan, rey de Navarra, de 1416 a
1430 y de 1439 a 1444; esto supondría el trasiego de gentes, caballeros y
servidumbre entre ambos lugares del mismo señor; con ellos irían usos,
costumbres y fiestas. Años después, en 1525, un cuellarano, don Beltrán
de la Cueva, III Duque de Alburquerque, fue nombrado Virrey de Navarra;
de nuevo pudo haber intercambios de gentes y de costumbres, puesto que
el Virrey llevó a cabo distintas campañas en el reino pirenaico y en
territorio francés. No dejan de ser hipótesis, pero nos hacen sentirnos
más cercanos de los navarros y vibrar con sus Sanfermines de una forma
especial.
Los ENCIERROS de Cuéllar declarados FIESTA DE INTERÉS TURÍSTICO NACIONAL
Con fecha de 30 de junio de 2008 se ha recibido la concesión por parte
del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio de el título de Fiesta
de Interés Turístico Nacional a la celebración de Nuestra Señora del
Rosario “Los Encierros” de Cuéllar
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